Thursday, January 28, 2010



Cuando un gato ronronea los hace porque está increiblemente cómodo o complacido o feliz. Robertsmith estaba hechado bocarriba con un ojo abierto y un ojo cerrado esperando que a le siguieran consintiendo la panza, ronroneando. Música: A perfect circle, 3 libras. when i've looked right through to see you naked and oblivious and you don't see me. But i threw you the obvious just to see if there's more behind the eyes of a fallen angel, the eyes of a tragedy.
Isabel se asomó por la reja que divide ambas casas. El olor de la sopa de tomate que se preparaba en esa casa la atraía inexplicablemente. Se sabe que a los gatos les gustan muchas hierbas, pero isabel era casi que arrastrada por el aroma de la albahaca. Su color negro asentuaba el enredo con el que parecia moverse, eran sus inmensos ojos marrones los que descubrian sus formas félinas, de otra manera sería simplemente una bola de pelos enredada. La sopa se alcanzó a regar un poco por lo que Gabriela tuvo que ir a limpiar antes de servir su comida. Robertsmith se quedo con la panza libre de caricias, se volteó con increible pereza y como si no existiera más se colo por entre las piernas desnudas de su dueña.

- Noooo, bonito no hagas eso! me caigo y nos quedamos sin sopa. Por que te consiento tanto?

Gabriela alargó un trozo de queso que saco de la sopa y se lo dio a su gato como premio por ser tan necio.

-mmmmmmmiiiiauuu.

- Llego tu chica, aunque en realidad creo que viene por la sopa , no te entusiasmes mucho

Gabriela quitó la reja de la ventana y la dejó sobre la lavadora verde que la acompañaba desde chiquita; isabel pudo entrar. Mientras les servía un poco de sopa a ambos gatos un golpeteo constante se tomó las tejas, primero grueso y aleatorio y luego constante. Lluvia. La sopa no duró mucho. Gabriela cayó en su cama.

Le encantaba mirar atravéz de sus manos, siempre le había parecido que si las pasaba rápidamente los objetos que miraba atravez de ellas cambiaban de color y hasta de forma. Estaba sola. Esas cosas siempre se despiertan cuando uno es quien quiere cambiar, pero de alguna manera no sabe por donde empezar, igual ella era una chica fuerte. Un poco perezosa, nunca tonta.

Un florero que tenia unas margaritas amarillas se puso de pié, su cuerpo se estiró y se estiró, parecia que el techo no tenía límite. Era un ser increíble, lo primero que le dijo a Gabriela era lo mucho que le gustaba el agua de las mañanas y que siempre habia querido probar el agua de la lluvía. La canal objeto diciendo que era un poco salada pero que se la dejaría probar de inmediato. Estiro su cuello y se corto un poco para que de su yugular saliera un poco mas de agua de la que normalmente salía, Gabriela siempre penso que era una fisura pero ahora entendía que era una ventanita hacia afuera y hacia adentro, estaba asombrada, no entendia que pasaba y sin embargo no paraba de batir sus manos y ver a través de sus dedos.

Robertsmith e Isabela estaban asustados y maullaban a todo pulmón. Les habia tocado subirse a la cama para evitar que sus paticas se mojaran.
Un ave que estaba incrustada en la pared en forma de mancha despegó sus alas de allí habló de lo deliciosa que es el agua del mar, con ese vaho salado que se calentaba con tanta frescura a la luz de sol. Un enano que salio de la lavadora dijo que le encantaria probar el agua de mar, porque siempre lo llenaban con agua dulce y de tanto dulce habia perdido el sentido del gusto. Gabriela fascinada con todo lo que pasaba a su alrededor había dejado de batir sus manos. Le prometió al enano que cambiaría en ése instante su percepción del agua. Hizo un poco de fuerza y de sus ojos salió una lagrima, y luego otra y otra. El agua daba hasta sus cintura asi que las gotas escasamente llegaban a su vientre. El enano gritaba como tal de la emoción.
Miles de bichitos emergieron del agua, unos rojitos pequeños, otros amarillos, todos iluminaban. Los gatos habían logrado escabullisrse por la rendija que Gabriela habia dejado abierta, pero no eran capaces de irse. Simplemente estaban un poco mas arriba que el nivel de agua que ahora luchaba en el cuello de Gabriela quien ni se inmutaba de su estado.

Todo el cuarto se volvió azul. Ahora los pajaros de la pared podían volar en el agua que cada vez se parecía mas al cielo.Lo mismo hicieron los bichitos que se movian alrededor de Gabriela cobijandola con halo brillantísimo y ella ahora porfin libre y agotada por tanto llorar, envejecia en un instante. Su piel tersa se transformó en arrugas que habian visto muchos años, sus labios se secaron a pesar de estar rodeados de agua, su pelo ahora blanco cubría su espalda. Las paredes desaparecieron y ahora ese azul gobernaba todo. Gabriela ahora pájaro, una nube con forma de pájaro.

Robertsmith e Isabel se quedaron mirando al cielo donde ahora pertenecía su dueña. Siempre he creido que los gatos fueron seres humanos primero antes de ser gatos.

No comments: